Dalibor
Escenificación teatral de la ópera Dalibor de Bedrich Smetana
Estreno previsto: 17/11/2000, Národní divadlo (Teatro Nacional), Praga, República Checa.
En 1998 Jirí Srstka, el director del Teatro Nacional de aquel entonces, tuvo la idea de que Forman dirigiese la ópera Dalibor de Bedrich Smetana en el Teatro Nacional en Praga. Forman, como era un gran aficionado a esta ópera y la había visto varias veces a lo largo de su vida estudiantil, aceptó la propuesta. Sin embrago, lo hizo bajo una condición: que abreviaría el libreto radicalmente. Forman quería suprimir la línea argumental sobre los jóvenes amantes, así como el segundo acto y cambiar de lugar un aria. Forman pensaba que la primera traducción del original alemán de Ervín Spindler, escrito por Josef Wenzig en el siglo XIX, era arcaica y que resultava incomprensible para el espectador actual. Por este motivo, también propuso que se hiciera una nueva traducción, cuyo autor debería ser el dramaturgo, letrista y actor Jirí Suchý. Había colaborado con él en varios proyectos desde su juventud, y su poética le resultaba familiar.
Forman recibió del director Srstka la grabación del audio de la escenificación anterior y la editó en los Estados Unidos como una orientación dramatúrgica para la dirección del teatro y la envió a Praga. Su concepción fue aprobada para ser llevada a cabo por la dirección del teatro, incluyendo al mundialmente reconocido director Libor Pesek, que se encargaría de dirigir la nueva obra.
El proyecto fue presentado en la conferencia de prensa del Teatro Nacional en enero del año 2000. La concepción de Forman molestó al público laico y al especializado. En contra de los retoques rotundos en la obra clásica, considerada patrimonio cultural nacional, inesperadamente se opuso incluso el director artístico de la ópera praguense del Teatro Nacional de entonces. Finalmente, tras un acuerdo con la dirección del Teatro Nacional, Forman decidió apartarse del proyecto antes del inicio de los ensayos, que ya estaba programado.
Milos Forman sobre el proyecto
- “Cuando se dio la posibilidad de escenificar Dalibor decidí hacerlo de la manera en la que deseaba verla cuando la vi de estudiante. Hasta hoy me acuerdo claramente en qué momentos hacía una escapada para fumar durante el espectáculo. Siempre atravesaba el vestíbulo durante los mismos pasajes y por eso decidí borrarlos de mi versión de Dalibor. Por ejemplo, de acuerdo con mi carácter realista, todo el segundo acto resultaba inútil. Ubicado dentro de un bar, en él se prepara la huida de la torre, la cual veremos pronto. Luego se me metió entre ceja y ceja que iba a trasladar el aria en la que Dalibor canta después de haber cortado la reja con la lima. En este momento basta pasar por la ventana y escapar, lo que sucede es que justo en ese momento Dalibor se pone a cantar una oda preciosa a la libertad y canta y canta hasta que los alguaciles caen en la cuenta de lo que está pasando y le impiden escapar. Pensé que para esta maravillosa parte había que encontrar un sitio más lógico en la ópera“.
- “Cuando hice mis cortes radicales con un magnetófono antiguo, la ópera quedó acortada en 30 minutos, pero desde luego todavía quedaba una hora y tres cuartos de la sobrecogedora música de Smetana. Mandé la cinta a Praga para indicarles, por lo menos a grandes rasgos, mi concepción. Libor Pesek, que iba a dirigir Dalibor, me respondió en el acto. Le gustaban mis propuestas y nuestra colaboración le hacía mucha ilusión. Sin embargo, el jefe-director de la ópera del Teatro Nacional se opuso bruscamente a mi concepción. Yo hasta este momento había estado haciendo las gestiones con su superior, el señor Srstka, y al jefe de la ópera tal vez le parecía que no le estaba prestando la suficiente atención. No obstante, ahora ha quedado claro que no es posible que alguien recorte de esta manera a Smetana, que esta joya del arte checo no puede ser en ningún caso sacrificada en el altar de la distracción moderna, etc...“.
- “Mis razonamientos eran simples:
- Por favor, ¿quién escenifica actualmente las obras de Shakespeare tal y como fueron escritas? Absolutamente nadie..
- Claro, pero esto no es Shakespeare.
- Pues eso. Ésto ni siquiera es Shakespeare.
- ¡Pues eso!¡ Aquí se trata de Smetana!
- Entonces, ya lo ve.
- ¡Con Shakespeare puede hacer lo que quiera pero de Smetana nadie nos borrará ni una sola nota!
Así que no me quedó otra que rendirme.
- “Cuando le comuniqué mi decisión al director Srstka, él intentó salvarlo todo y me ofreció un trato. El Teatro Nacional me iba a dejar hacer con Dalibor lo que me diera la gana siempre y cuando el jefe-director de la ópera pudiera, al mismo tiempo, estrenar un Dalibor propio. Y entonces, ya entrado en años me di cuenta de que la ópera es un deporte sangriento y no acepté este desafío a la lucha. De todas maneras no podía permitirme emprender una competición con alguien que llevaba años gobernando en el Teatro Nacional y que podía dejar que por unas pequeñas heridas mi obra pudiera llegar a desangrarse tal y como le hubiese ocurrido si la hubieran degollado directamente“.
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