¡Al fuego, bomberos!

Comedia agridulce

Fecha de estreno:
15/12/1967, Vrchlabí, Checoslovaquia (hoy en día la República Checa).

Duración:
71 min.

Idioma:
Checo.

© 1967 Estudios Barrandov

“Una pura burla. Como una parábola, esta película atemporal tiene sentido en diversas épocas y países. Cada vez que me encuentro con un pensamiento burocrático, es curioso, me acuerdo del aquel bombero que aproxima el sillón del granjero a las llamas“.

(Roger Ebert, Chicago Sun Times, 04/08/2002).

La película ¡Al fuego, bomberos! relata las peripecias en un baile de bomberos voluntarios que tiene lugar en una ciudad de provincia. Es un retrato satírico de la sociedad pequeñoburguesa, del régimen comunista, así como una alegoría más universal de la sociedad humana en la que los incompetentes deciden sobre el destino de los demás. Esta vez el humor sarcástico de Forman no dejará títere con cabeza. Saca a relucir la estupidez humana, la estrechez de miras, la arrogancia y los clichés vacíos de la lengua de un poder dudoso.

Sobre la película

La película gira en torno a un cuerpo de bomberos voluntarios de provincia que, con empeño, trata de organizar algún evento divertido para animar un baile. La sucesión de anécdotas evoca las ridiculeces en las que gradualmente va degenerando la fiesta de aniversario organizada para honrar a un compañero retirado. El concurso de belleza se convierte en la farsa de unos tipos grotescos: las madres de las mediocres señoritas tratan de presionar a la comisión del baile, sus padres andan emborrachándose y las muchachas se sienten avergonzadas.

En medio del caos general, cuando los miembros de la comisión persiguen a las bellas elegidas para el desfile, se produce un incendio en el pueblo. Los bomberos borrachos no logran sacar la bomba anti incendios enterrada bajo la nieve. Los participantes de la fiesta se congregan frente al lugar del incendio, ayudan al propietario del edificio en llamas a sacar sus cosas de la casa y a apagar el fuego con la nieve, en vano. En el lugar de la tragedia, el tabernero cobra ágilmente el dinero de los clientes que han huido de la sala y en una mesa prestada, salvada del incendio, prepara un bufé. “Abuelo, ¿no tiene frío?“, se preocupa por la salud de la víctima del incendio una comadre. “Pues llévenlo más cerca del fuego,“ aconseja otro mirón.

Al final todos vuelven a la sala de baile y la fiesta continúa. Sin embargo, durante la celebración roban una parte de la tómbola. La comisión decide generosamente apagar la luz para que los culpables puedan devolver lo que habían cogido, pero después de encender la luz se lo han llevado casi todo. Por  el contrario, sorprenden a un honesto miembro de la comisión mientras trata de devolver algunas de las cosas robadas.

“No podemos tolerar semejante vergüenza: esto hay que explicárselo a la gente de alguna manera. Entonces, ¿qué les decimos?“, discuten los bomberos. “Si han robado toda la tómbola, no pueden ganar nada“, dice uno de ellos. “Pero, ¿cómo podremos compensar a los que honestamente se han comprado los cupones y no han robado nada?“, le replica el otro. “Deberían haber robado algo también“, le contesta el primero. Al final todos están de acuerdo en que la tómbola ha sido saqueada, todos estaban allí, así que... todos los sospechosos “cierren el pico“.

En sus primeras obras Forman está muy cerca del principio del llamado teatro cruel de los años 60 que, entre otras cosas, se aproximaba a la representación de la realidad sin adornos artísticos, es decir incluyendo toda la fealdad y ridiculez de la existencia humana. Junto con sus compañeros guionistas Jaroslav Papousek e Ivan Passer crea una metáfora muy acertada de la sociedad de entonces, deformada por la moral socialista que valora más el disimulo oficial que la dignidad y el honor.

Paradójicamente, esta rigurosa parábola indignó de la misma manera tanto a los funcionarios socialistas como al co-productor capitalista Carlo Ponti, que la consideró una ridiculización del hombre de a pie. A pesar de las complicadas peripecias sufridas para presentar la película en los cines, llegó a estrenarse en los Estados Unidos y consiguió una candidatura a los Oscar, lo que significó para Milos Forman un billete de avión imaginario hacia América, es decir hacia la libertad.

Curiosidades

  • La película fue una coproducción checo-italiana con la participación del famoso productor italiano Carlo Ponti. El presupuesto de 8000 dólares era muy alto para los estándares checos y, entre otras cosas, permitió rodar en color. No obstante, a Ponti no le gustaba el tono sarcástico de Forman, se apartó del proyecto y pidió devolver el dinero a la Cinematografía checoslovaca estatal. Como razón oficial, alegó que el contrato no se había cumplido. Según decía, encargó una película de 75 minutos y recibió una de 73. Por eso Forman corría el peligro de ser procesado y  recibir un castigo de diez años por “perjudicar la propiedad socialista“. Un productor francés, Claude Berri, salvó la situación al comprar los derechos extranjeros de la película. Así saldó la deuda de Forman con la Cinematografía checoslovaca estatal y además organizó proyecciones de esta película por todo el mundo.
  • Entonces Forman y el director de fotografía Miroslav Ondrícek rodaron por primera vez en color. En relación a esto surgió el problema de cómo vestir a los extras, ya que en aquella época todos los obreros iban de azul, algo que en el material de color daría una impresión muy fría e impersonal. Por eso Ondrícek sacó del vestuario toda prenda de color azul. Todos, incluidos los extras, tendrían que buscar en sus armarios ropa de otro color.
  • En el año 1968 la película ¡Al fuego, bomberos! cerró el festival norteamericano New York Film Festival. A raíz de esto fue candidata a los Oscar el mismo año.
  • La película fue, junto con Vsichni dobrí rodáci (Todos mis buenos paisanos) de Vojtech Jasný y O slavnosti a hostech (Sobre la fiesta y los invitados) de Jan Nemec, una de las tres películas checoslovacas seleccionadas para la competición oficial de Cannes en el año 1968. Históricamente se trataba de la representación cinematográfica checoslovaca más potente en este festival. Sin embargo, la realización de todo el evento fue impedida por las rebeliones estudiantiles y la huelga de mayo de los cineastas franceses.
  • La película ¡Al fuego, bomberos! estaba lista ya en el año 1967, pero debido a la censura y a los obstáculos oficiales tuvo que esperar casi un año para ser presentada en Checoslovaquia. En el año 1968 logró llegar a los circuitos de distribución normal gracias a un movimiento de liberalización política llamado la Primavera de Praga. La película seguía en las pantallas checoslovacas en agosto, cuando el proceso de democratización en Checoslovaquia fue interrumpido por la ocupación de los ejércitos de la Unión Soviética y sus aliados del Pacto de Varsovia. A continuación la película fue prohibida por la nueva política de normalización y encerrada bajo llave en una caja fuerte.

Milos Forman habla sobre la película

  • “No tenía el propósito de rodar una alegoría política – no me gustan en el cine – es sólo que en esta historia de la tómbola robada los representantes principales del Partido Comunista se identificaron consigo mismos“.
  • “Me fui con Papousek a las montañas de Krkonose para escribir una historia sobre un desertor militar que se esconde en el sótano de Lucerna en Praga. Nos vino a ayudar Ivan Passer, no obstante ni siquiera él logró sacarnos del estancamiento. Decidimos que teníamos que descansar del guión y fuimos a un baile que había sido organizado aquel sábado por el cuerpo de bomberos voluntarios del lugar. Solamente queríamos contemplar a la gente, emborracharnos un poco, charlar con las chicas, total, simplemente relajarnos. En Vrchlabí había un cuerpo de bomberos voluntarios y la mayoría de sus miembros trabajaba durante el día en una fábrica local. Fueron al baile para divertirse, para pasárselo bien. Organizaron un concurso de belleza para sus hijas, que eran bastante mediocres. También hacían una tómbola. Se emborrachaban y discutían con sus esposas. Y nosotros nos quedamos con la boca abierta. Al día siguiente, con Ivan Passer, no paramos de hablar sobre la noche anterior. El lunes empezamos a desarrollar nuestras observaciones: ¿qué habría pasado si...? Y el martes comenzamos a escribir el guión. Esta película se escribía sola. Cada vez que surgía algún problema, nos marchábamos a Vrchlabí y teníamos una charla con los bomberos. La cosa es que encontramos un bar al que iban a tomar cerveza y jugar a las cartas y al billar. Ya nos conocían, hablaban con nosotros abiertamente y en seis semanas ya estaba lista la primera versión del guión de ¡Al fuego, bomberos!“.
  • “En el pasado una película así habría sido simplemente prohibida, pero en esta extraña época en la que la Primavera de Praga ya estaba aproximándose incluso los cabecillas comunistas empezaban a perder los nervios y las medidas poco populares encubrían artimañas de todo tipo. Por ejemplo, organizaron una proyección de una película que querían prohibir ante un público invitado. Metieron en la sala a varios provocadores que tenían la tarea de gritar que la película estaba ofendiendo a la clase obrera, y luego la retiraron de la distribución diciendo que ‘el pueblo‘ lo estaba deseando“.
  • “La primera proyección pública de ¡Al fuego, bomberos! tuvo lugar en Vrchlabí. Los peces gordos de la cultura eligieron este lugar con la esperanza de que los ciudadanos de Vrchlabí se sintieran ofendidos y ridiculizados por la manera en que eran mostrados en pantalla. En realidad, el público de Vrchlabí se partió de risa durante la proyección. Luego llegó el momento de la discusión abierta. El primero en ponerse de pie fue uno de los provocadores introducidos allí por el partido y, en nombre de todos los presentes, expresó su gran disgusto por esta película que ofendía fuertemente a nuestra clase obrera y, sobre todo, a los bomberos. Cuando terminó, pidió la palabra uno de los bomberos que, por pura casualidad, también se llamaba Novotný (Novotný era el apellido del presidente de la Checoslovaquia, nota del editor). El señor Novotný se levantó: ‘Pues bueno, no sé, camaradas. Realmente no sé. Sabéis que yo no soy ningún locutor ni ningún intelectual, pero yo, de verdad, no sé... Este camarada dice que esta película nos ofende y puede ser que sí, pero caray, amigos, ¿no os acordáis de lo que pasó cuando a los Jíra se les incendió la cuadra con las cabras? ¿Que todos estábamos en un bar emborrachándonos? Y luego, cuando llegamos allí arrastrándonos, nos dimos cuenta de que habíamos dejado las mangueras en la estación. ¿Os acordáis de eso? Y después, ¿de cómo el coche dio una vuelta de campana sobre el hielo? Incluso hoy en día veo a la cabra de Jíra en llamas. Bueno, en esta película de veras que no se nos ve así de tontos‘“.

Localizaciones

Checoslovaquia (hoy en día la República Checa)

  • Vrchlabí

  • Casa de la cultura de Strelnice
    • Todas las escenas interiores del baile de bomberos tienen lugar en el salón de actos.
  • Calle Horská
    • Incendio de una casa rústica y su posterior extinción. Este edificio no se conservó, se quemó durante el rodaje. Su propietario lo vendió con este fin a los estudios Barrandov por 12 000 coronas (aprox. 472 euros).

Premios

EventoLugarPremioCategoríaP/N
1969
Óscar® - Premios de la Academia (Año 42) Los Ángeles
Estados Unidos
Óscar® Mejor película extranjera

Ficha técnica

35 mm
Formato: 1,37:1
Sonido: mono
Color

Créditos finales

Barrandov Film Studios Prague presents
in Czechoslovak - Italian co-production
Story and Screenplay by Milos Forman, Jaroslav Papousek, Ivan Passer
Screenplay Editor Vaclav Sasek

Starring

Head of Committee Jan Vostrcil
Committee member Josef SebAnek
Committee member Josef Valnoha
Committee member Frantisek Debelka
Guard of tombola, Josef Josef Kolb
Retired Fire Chief Stöckl Jan Stöckl
Committee member Vratislav Cermak
Committee member Josef Rehorek
Committee member Vaclav Novotny
Committee member Frantisek Reinstein
Committee member Frantisek Paska
Karel Stanislav Holubec
Ludva Metelka Josef Kutalek
Old Man Havelka Frantisek Svet
Comitee member Ladislav Adam
Lifesaver Jiri Libal
Standa Antonin Blazejovsky
Waiter Stanislav Ditrich
Josef's wife Milada Jezkova
Wife Jarmila Kucharova
"Miss" Contestant, Metelka's daughter Ruzenka Alena Kvetova
"Miss" Contestant Marie Anna Liepoldova
"Miss" Contestant Miluse Zelena
"Miss" Contestant Marie Slivova
Jarka Hana Hanusova
"Miss" Contestant Hana Kuberova
First Assistant Director Jaroslav Papousek
Camera Operator Eduard Kaderabek
Assistant Production Manager Jaroslav Solnicka
Make up Rudolf Hammer
Wardrobe Zdena Snajdarova
Set Decorator Vladimir Macha
Music by Karel Mares
Music played and recorded by Film Symphonic Orchestra (conducted by Dr. Stepan Konicek) and Central Music of CSL Army
Art Director Karel Cerny
Film Editor Miroslav Hajek
Sound Adolf Böhm
Production Manager Rudolf Hajek
Director of Photography Miroslav Ondricek
Directed by Milos Forman
Production Unit Jiri Sebor, Vladimir Bor
Processed at the Barrandov Film Laboratories, Prague
© 1967 Barrandov Film Studios

Carteles

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Vídeo

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