Dědeček automobil El abuelo automóvil
Comedia histórica
Dirección: Alfréd Radok.
Reparto: Raymond Bussières, Ginette Pigeon, Ludek Munzar, Josef Hlinomaz, Annete Poivre, Svatopluk Benes, entre otros.
Milos Forman: ayudante de dirección, coautor del guión (no está incluido en el guión en los créditos), actor (mecánico aéreo) y ayudante del director de fotografía.
96 min.. Blanco y negro. Checo.
© 1956 Estudios Brrandov.
Sobre la película
Se trata de la historia de amor entre Frantisek, un joven mecánico y Nanette, hija de un mecánico francés, en el contexto de los comienzos del motociclismo en Bohemia y en Francia. Alfréd Radok, importante director de teatro y cine checo, le pidió a Milos Forman que le echase una mano para terminar de escribir el guión. A cambio, le ofreció un contrato como ayudante de dirección. No obstante, le advirtió de antemano que el posible éxito sería adscrito al famoso autor del argumento literario cuyo nombre aparecería en la línea del guión (y no el de Forman). Radok recompensó el anonimato de la aportación de Milos Forman en la fase final de la redacción del guión permitiéndole dirigir una mañana en el parque de Stromovka. Así, Forman rodó una escena de masas con muchos extras vestidos de época que reproducía un reportaje cinematográfico de la muestra de una tricicleta fantástica a principios de siglo XX. “Por primera vez en mi vida tuve que dar órdenes a todos los que estaban en escena”, recuerda Forman. “A pesar de que todo transcurrió como les había indicado, algo no me convencía… Yo no sabía qué era, entonces ordené rodar la escena de nuevo”, cuenta. La segunda vez todo salió bien de nuevo, pero Forman seguía insatisfecho. Por eso encargó repetir toda la escena, pero algunos de los extras ya estaban molestos, de modo que uno de ellos simplemente salió de la toma para beber una cerveza. “Stop”, gritó Forman y en aquel momento se dio cuenta de qué era lo que le faltaba a la escena. Era demasiado perfecta. Mandó repetirla una vez más, pero pidió que algunos figurantes ignoraran la atracción mostrada y, por fin, la escena adquirió una atmósfera caótica apropiada. “Era un detalle, una observación fugaz, pero para mí significó una providencia. Me di cuenta de que la verdad en la pantalla muy a menudo la destaca justamente el que la niega”, añade.
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